El próximo jueves 2 de julio de 2015 a las 09:00 horas, en el Instituto Agronómico Mediterráneo de Zaragoza, tendrá lugar la presentación de la Tesis Máster en Nutrición Animal por la Universidad de Zaragoza que Maroua Dachraoui, becaria del Centro Internacional de Altos Estudios Agronómicos Mediterráneos (CIHEAM), ha realizado en el Área de Nutrición, Pastos y Forrajes del SERIDA. La tesis forma parte del proyecto INIA RTA2011-00112, cofinanciado por fondos FEDER, y lleva por título “Comparación de diferentes modelos de predicción de emisión de gases de efecto invernadero por vacas lecheras alimentadas con dietas basadas en ensilado de haba y colza forrajera”, estando dirigida por los investigadores del SERIDA Dr. Fernando Vicente Mainar y Dra. Adela Martínez Fernández.

El sector lechero contribuye a las emisiones totales de gases de efecto invernadero, siendo las principales fuentes las pérdidas de carbono (C) generadas por el uso del suelo, las emisiones de metano (CH4) procedentes de la fermentación entérica y el óxido nitroso (N2O) originado por de la gestión del suelo y el estiércol. Por esta razón, es necesario evaluar estas emisiones de gases de efecto invernadero con el fin de mitigarlas, tanto por el ganado lechero como por el cultivo de forrajes, todo ello sin afectar a la producción forrajera ni de leche. Por lo tanto, el trabajo se realizó con el objetivo de estimar las emisiones de metano originado de la fermentación entérica y del estiércol y las emisiones de óxido de nitroso generadas por la gestión del suelo y del estiércol, aplicando el modelo empírico establecido por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), en vacas frisonas en pastoreo, alimentadas con raciones basadas en ensilado de raigrás italiano o con ensilado del inter-cultivo de haba y colza forrajera durante dos periodos de pastoreo: primavera y otoño. Asimismo, se pretende comparar este modelo con otros propuestos por diferentes autores (Yates et al. 2000, Mills et al. 2003 y Ellis et al. 2007).

Los resultados obtenidos muestran que las diferencias en el consumo registradas entre dietas experimentales y entre estaciones se reflejan en la estimación de la emisión de metano entérico. Así el consumo de la ración completa mezclada difirió entre el otoño y la primavera, y entre los dos tipos de dieta ofertada, por lo que las emisiones de metano entérico también variaron entre estaciones y dietas cuando se considera la ingesta de ración completa mezclada exclusivamente. Ahora bien, cuando se consideró la ingesta total de alimento, incluyendo por tanto la hierba de pastoreo, no se observó ninguna diferencia en la emisión de metano entérico entre temporadas ni dietas. Las emisiones de metano y de óxido nitroso debidas a las excretas animales no fueron diferentes ni entre dietas ni entre estaciones. Las emisiones de gases de efecto invernadero de los animales en pastoreo son relativamente bajas, además hay que considerar que los prados y praderas de pastoreo que actúan como sumideros de CO2.

Las emisiones de óxido nitroso debidas a los cultivos forrajeros fueron mayores con el cultivo de haba y colza debido a que los residuos de la cosecha de las leguminosas son mayores que los residuos generados por el cultivo de gramíneas. Este hecho, podría constituir una desventaja para la mitigación de gases de efecto invernadero con la sustitución del cultivo de invierno en la rotación maíz-raigrás italiano. Pero como el uso de la alternativa de leguminosa-crucífera en la dieta de los animales reduce de un modo importante las emisiones entéricas y de las excretas de gases de efecto invernadero se compensa la mayor emisión de su cultivo.

Cuando se compara el modelo empírico del IPCC con los otros modelos propuestos, se observa que las ecuaciones de propuestas por Mills et al. (2003) presentaron unas estimaciones de las emisiones de metano entérico similares, especialmente el modelo lineal basado en la energía metabolizable de los alimentos, con una correlación superior a 0,99. El modelo propuesto por Yates et al. (2000) sobreestimó la predicción de las emisiones de metano entérico, mientras que los modelos de Ellis et al. (2007) las subestimaron. Este hecho, unido a la baja correlación entre estimaciones limita su uso a efectos comparativos.