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Encefalopatía espongiforme bovina. Los resultados más esperados
Encefalopatía Espongiforme Bovina: los resultados más esperados
ENRIQUE GÓMEZ
PIÑEIRO. SERIDA SOMIO (GIJÓN)
El número de
marzo de 2002 de la prestigiosa Veterinary Record (150:365-378) publica los
resultados del estudio clínico sobre transmisión vertical más amplio entre los
que hasta ahora se han desarrollado sobre la encefalopatía espongiforme bovina
(BSE).
El artículo titulado Studies of embryo transfer from cattle
clinically affected by bovine spongiform encephalopaty, firmado por Anthony
Wrathall y otros 19 colaboradores del Veterinary Laboratories Agency-Weybridge
(Addlestone, Surrey, Reino Unido) da cuenta de la elevada improbabilidad de que
los embriones bovinos sean agentes infectivos en la transmisión de la
enfermedad.
En esencia, el trabajo describe cómo el semen de 13 toros (8 de
los cuales eran clínicamente enfermos de BSE) se usó para inseminar artificialmente
(IA) a 167 vacas, todas ellas con BSE clínica, siendo los embriones resultantes
recogidos por vía no quirúrgica 7 días después de la IA. Tanto los embriones
que se juzgaron viables como aquellos que no lo fueron se lavaron 10 veces en
medio de cultivo estéril, como describen las normas de la International Embryo
Transfer Society (IETS), y después se congelaron. Más tarde, 587 embriones
viables se utilizaron en otras tantas transferencias de embriones sobre 347
novillas receptoras importadas de Nueva Zelanda (es decir, consideradas libres
de enfermedad a los efectos del experimento).
Entre los 266 terneros que nacieron, el 54,1% era hijo de un
semental positivo a BSE y de una vaca positiva a BSE. Las receptoras de
embriones se controlaron durante 7 años después de la transferencia, y los
descendientes se controlaron durante 7 años después del nacimiento. Veintisiete
receptoras y 20 terneros murieron durante el período de control, pero ninguno
mostró signos de BSE. Los cerebros de estos animales, junto con los cerebros de
las receptoras y de los descendientes sacrificados después de 7 años, se
examinaron para BSE mediante histopatología, inmunohistoquímica del PrP y
microscopía electrónica para investigación de fibrillas asociadas a scrapie.
Todos estos resultados fueron negativos.
Además, el producto de 1020 embriones no viables disgregado por
sonicación se inyectó en ratones susceptibles a la BSE por vía intracerebral
(20 embriones por cada ratón). Estos ratones se observaron durante 700 días,
después de los cuales sus cerebros se analizaron en busca de lesiones
espongiformes. Estos resultados fueron también negativos.
El trabajo concluye en la no evidencia de infectividad para BSE
en embriones, incluso si estos han sido recogidos en el estadío final de la
enfermedad, cuando se cree que el riesgo de transmisión por vía materna es
mayor.
Estos nuevos datos contribuyen a reforzar el papel de los
embriones bovinos, adecuadamente tratados según las normas de la IETS, como
material de elección para los intercambios de material genético con altas
garantías sanitarias, en contraposición al comercio de animales vivos e incluso
al propio semen congelado.