Utilizamos cookies propias y de terceros para realizar el análisis de la navegación de los usuarios y mejorar nuestros servicios. Si continúa navegando consideramos que acepta el uso de cookies. OK Más información
Memoria SERIDA 2009

Resultado Proyecto

Volver

Programa de gestión forestal (I)

Organismo financiador: Dirección General de Política Forestal. Consejería Medio Rural y Pesca. Importe: 350.000 €. Duración: 2009-2009.

Equipo investigador

Andrea Hevia Cabal SERIDA
Juan Majada Guijo SERIDA / CETEMAS
Alejandra Cariffosse Barrero Escuela de Montes Lugo
Juan Gabriel Álvarez González Escuela de Montes Lugo
Roque Rodríguez Soalleiro Escuela de Montes Lugo

Resultados y conclusiones

Distribución vertical de la biomasa en Pinus pinaster

El objetivo de esta nueva línea de trabajo es conocer la distribución vertical de la biomasa fina del árbol y la fracción sobre el total de las distintas alturas, para establecer una relación con la biomasa extraída en actividades de poda y con el inicio, propagación y extinción de un incendio.

Se emplearon los modelos de estimación de la biomasa aérea, total y por alturas de los diferentes componentes arbóreos desarrollados por el SERIDA en el año 2008, para masas jóvenes de regeneración natural de Pinus pinaster Aiton.

La figura 1 muestra la distribución vertical de las fracciones de copa (ramillas, ramas finas y gruesas y acículas). Esta biomasa se encuentra distribuida en una altura relativa (0-1) que se extiende a lo largo de la longitud de copa (Lcopa) y que parte de la altura de la base de la misma (hbase).

Las podas más intensas provocan la eliminación de una cantidad importante de las fracciones más finas, siendo las acículas las menos afectadas por encontrarse repartidas de forma homogénea a lo largo de la copa del árbol.

Las fracciones finas, también, juegan un papel decisivo en el inicio y desarrollo de los incendios forestales, sobre todo cuando se trata de combustibles finos muertos. La eliminación de la parte inferior de la copa nos permite romper la continuidad vertical del combustible y proteger a la masa frente a los incendios forestales, pero es necesario que la gestión de esos restos de poda sea adecuada.

De entre las opciones disponibles para el manejo podremos seleccionar:

- Permitir que los restos se incorporen de nuevo al suelo; ello supone un elevado riesgo de incendio y pueden llegar a comprometer el estado sanitario de la masa.

- Quema de los restos.

- Trituración y distribución de los restos en el monte para facilitar su descomposición e incorporación rápida al suelo reduciendo los posibles riesgos bióticos y abióticos de la masa.

 Figura 1. Distribución vertical de la biomasa de copa de árboles jóvenes de Pinus pinaster procedentes de regeneración natural

Figura 1. Distribución vertical de la biomasa de copa de árboles jóvenes de Pinus pinaster procedentes de regeneración natural

Efectos de la poda en la calidad de la madera

Con el fin de evaluar los efectos de la poda en la calidad de la madera evaluando la aparición de brotes epicórmicos como respuesta al tratamiento selvícola.

Se analizaron cada uno de los árboles podados en las ocho parcelas de ensayo de podas y claras instaladas en masas de Pinus pinaster y Pinus radiata. Así mismo, se anotó el número, orientación, estado (vivo/muerto), tamaño y situación de los brotes (verticilo, nudo). Se comprobó que la aparición de brotes epicórmicos presentaba una gran relación con la especie, la intensidad de poda y la luminosidad.

Se encontró una respuesta diferente para las dos especies estudiadas, no encontrándose brotes epicórmicos en las masas podadas de Pinus pinaster.

Los árboles de Pinus radiata podados con mayor intensidad mostraron un mayor número de brotes, siendo mucho más frecuentes en la zona del fuste orientada al sur (mayor luminosidad).

Las parcelas de peor calidad así como los árboles dominados fueron los que presentaron un mayor número de brotes epicórmicos tras la realización de la poda.

Tres años después de la poda, se pudo observar una reducción muy importante del número de brotes y un cambio en el estado de los mismos, pasando a ser, en su gran mayoría nudos muertos.

Con todo ello, se comprobó que la eliminación de estos brotes, una vez realizada la poda, no resulta necesaria ya que la mayoría de los brotes tras la intervención no llegan a alcanzar un tamaño que pueda suponer la reducción de la calidad de la madera del fuste podado.

En cualquier caso, con la posterior realización de la poda alta en los mejores árboles, para producir madera libre de nudos, se procederá a la eliminación de este tipo de brotes.
 

 Figura 1. Brote epicórmico en un árbol podado de Pinus radiata Don

Figura 2. Brote epicórmico en un árbol podado de Pinus radiata Don

Volver